martes, 8 de diciembre de 2009

La víctima.

Todo lo que tú has roto, lo rompieron mis manos.
Yo invento tus mentiras y afilo tu puñal
para obligarte a herirme.
Tu sangre nos azota con su látigo rojo;
tu vida es un desierto que fue un río:
Hay hombres – dice Keats- que se detienen
Igual que una criatura que una vez tuvo alas.

Esa es tu verdad.

Tus odios no son más que el eco de mis odios.
Cada golpe que das
te defiende de un golpe que yo te habría dado.
Tu mundo es norte y sur, Dios o el infierno,
y en tu azotea hay ángeles que detienen la noche
y en mi sótano hay lobos que mastican la aurora.

Es fácil de entender.

Yo pongo tachaduras en los papeles blancos
donde ibas a escribir los versos que no escribes.
Yo conduzco a las sombres lo que miro
y si tú abres los ojos
la oscuridad se llena de flores submarinas.

Es sólo el bien o el mal,
la luz o las tinieblas
mi voz manchada o tu silencio limpio.
Yo no tengo piedad y soy injusto.
Tú eres el juez que llora
sobre las tumbas de sus condenados.

Quién se atreve a dudar.
Yo soy el muerto y soy el asesino.
Tú siempre matas en defensa propia.


Benjamín Prado
(Sacado de Marea Humana)

5 comentarios:

¡qué más da! dijo...

¿Cuándo el ser humnoa,tan duro de mollera, comprenderá que nunca podrá encontrar la alegría, la paz, el amor en el otro, sino habita en su propio corazón? ¿Cuando?

¿Cuando comprendrá que necesitar no es amar? ¿Cuando?

Claudia dijo...

Que bonito guapo! Hay que vivirlo todo, pero siempre hay que vivir con uno mismo, así que nos tenemos que querer mucho a nosotros mismos para ser felices...
Un besazo enorme

Ricardo dijo...

gracias p los comentarios :D

¡qué más da!, te conozco?

¡qué más da! dijo...

Alguien dijo, cuando no te reconocen es porque nunca te han visto. Así que, que más da...

Ricardo dijo...

tb llevas razón.